Tanto es así que en ocasiones da la impresión que la defensa que Neira realiza del presidencialismo es poco más que una excusa para descalificar a los políticos en general, y a los que opinan de forma diferente a él, en particular.
“Socialismo no es democracia”
Especialmente dolorosa es la definición que el nuevo héroe de la derecha mediática realiza del socialismo, término que, en su opinión, no se puede asociar con el de democracia. “En España se dieron dos eslóganes en los años setenta que afirmaban dos falsedades como las siguientes: “Socialismo es democracia” y “Socialismo es libertad”. Ambos eslóganes son ejemplos de una demagogia falsa y falsaria de toda falsedad de muy grueso calibre”, explica Neira.
Contra la socialdemocracia
De hecho, el recién nombrado por Esperanza Aguirre presidente del Consejo Asesor del Observatorio Regional de Violencia de Género, considera que “el sustrato de violencia y terror” forman parte de las “entrañas mismas del socialismo”. Así, los progresistas se han visto obligados a “adoptar cambios en la nomenclatura para introducir una palabra que dé menos medio, como socialdemocracia”. Término que califica como “un fraude de sentido”, pues “puede ser cierto lo de social, pero no lo de democracia en modo alguno”.
Ilegalización de los socialistas
Acto seguido, da a entender que los partidos socialistas o socialdemócratas deberían ser ilegalizados: “Una democracia sólida y consecuente en el amparo de la libertad debe ilegalizar a sus enemigos. La retórica tan repetida referente a que todas las ideas son respetables es una falsedad completa y una falsedad peligrosa, porque hay ideas que pueden aportar la violencia máxima de la ruptura de una nación y de un Estado, o de una Guerra Civil”.
Diputados Lewinsky
No menos duras son las críticas que el contertulio más cotizado por las televisiones de derechas ofrece de los diputados, a los que describe como “candidatos sin profesión y sin columna vertebral para ejercer mejor la posición Lewinsky –en referencia a la secretaria de la Casa Blanca que saltó a la fama tras realizar sexo oral a Bill Clinton-”.
Sustitutivo al chupete
Y es que, para Neira, los diputados no son más que un grupo homogéneo de “jovencitos que no saben hacer la o con un canuto, que ni conocen qué es la representación; se quitan el chupete y a continuación pasan a buscar un sustitutivo rápido, lo que sea, pero con sueldo”.
“Sin libertad”
Con tanto resquemor hacia los congresistas, no es de extrañar que Neira muestre una total aversión hacía el parlamentarismo. Régimen que, a su entender priva de libertad a los españoles, quienes, a diferencia de “aquellos 350 que se sientan en el Congreso”, no tienen derecho a elegir al Gobierno de su país.
Carrero Blanco y los demócratas
“Esto haría llorar de emoción al almirante Carrero Blanco, viendo que, en efecto, el franquismo y los llamados “de la oposición a la dictadura” comparten la misma posición política al negar la libertad política”, afirma sin sonrojarse el que se define como profesor de Teoría del Estado.
Contra los nacionalistas
Parte de su desprecio al parlamentarismo también radica en su odio hacía los nacionalistas. Como prueba, basta con observar la definición que ofrece del Gobierno de España: “No es un verdadero poder ejecutivo, sino un poder subalterno, con lastre y chantajeado, de rodillas ante los nacionalistas”.
De rodillas
En cuanto a la “altura de Estado”, Neira la describe como “una falacia, falsa y falsaria de toda falsedad”, ya que tanto “González, Aznar y Zapatero han tenido que hincarse de rodillas ante los nacionalistas”.
Contra el pluralismo político
En este punto, Neira califica como un error tremendo que en la transición se legalizaran los “partidos, grupos y coaliciones nacionalistas que deseaban la ruptura del Estado como paso previo y lógico para alzar su Estado o estadillo propio”.
Ilegalizar a todos
“En una verdadera democracia si pueden tener su puesto todos los partidos, pero siempre que no atenten contra la unidad de la nación ni del Estado. Y ese límite infranqueable alcanza a aquellos que defienden el nacionalismo, así como a aquellos otros que además ejercen el terrorismo”, subraya el profesor antes de recordar el supuesto mensaje que KAS –formación política ligada a la izquierda abertzale-, planteó en los años setenta: “Si están los nacionalistas, que quieren lo mismo que nosotros, por qué no nosotros. Si está legalizado el PCE, por qué no nosotros, que somos socialistas revolucionarios”.
España se rompe
En definitiva, el nuevo héroe de la derecha culpa al parlamentarismo de haber provocado en España “numerosas crisis de inestabilidad, repetición de elecciones, cambios de gobierno, ejecutivos en minoría y un largo etcétera”. Algo que se podía haber evitado si la transición española no hubiese sido “un fraude antidemocrático”.
Transición y el Movimiento Nacional
Porque, como era de esperar, Neira tampoco está a favor de la transición por ser poco más que una “ampliación del Movimiento Nacional, incorporando, incluso, al Partido Comunista”.
“Escándalo y corrupción”
“Franquistas y antifranquistas de acuerdo en lo esencial (…) La fórmula de tránsito era salir de la dictadura para meterse en esta fórmula de escándalo y corrupción”, agrega Neira, que no perdona a los padres de la transición que elaboraran una “constitución del poder negociada en secreto”.
Contra la Constitución
Y es que, para el alto cargo de Esperanza Aguirre, la elaboración de la Constitución fue una “anormalidad antidemocrática”, algo así como “un apaño, un arreglo entre las partes”.
Opuesto al consenso
“Se presentaba la idiotez de una Constitución de consenso, de todos: una coyunda feliz entre comunistas, socialistas, liberales, democristianos e independentistas. Como si un texto cualquiera en el que se introduzcan cuestiones contrarias e incompatibles de una y otra parte fuese en verdad una Constitución”, lamenta.
El analfabetismo de los españoles
Tras sus críticas a la Constitución, el personaje que saltó a la fama gracias al caso Violeta Santander encuentra una ocasión perfecta para descalificar, de rebote, a los españoles –un pueblo que, en su opinión, no conoce ni ama la libertad-: “Si sostiene la ONU que analfabeto es aquella persona que no puede comprender un precepto de su Constitución, el resultado es fácil de constatar en lo que a España se refiere. Todo un pueblo analfabeto, porque hay preceptos constitucionales indeterminados e imprecisos que hacen imposible compresión alguna”.
Sin democracia
Por último, Neira recalca que España jamás ha existido la democracia: “Ni la Segunda República fue una democracia, como se ha llegado a insinuar y se ha afirmado con reiteración absurda y errónea, ni existió en los años setenta un proceso del poder constituyente (…) La clase política sustrajo el cofre de la libertad y decidió por sí ante sí el régimen político que otorgaba al pueblo español”.
Actividad frenética
Estos disparatados argumentos, y muchos más, se encuentra en España sin democracia. Libro que Neira ha escrito a pesar de sus múltiples apariciones públicas, en las que es capaz de defender teorías falangistas, descalificar a Zapatero y Obama, irritar al Partido Socialista y a los que critican el machismo a la antigua.
Fuente: José María Garrido (elplural.com)