Las “descargas ilegales” son el único problema grave entre Zapatero y Obama”, me decía un alto cargo que conoce muy bien el asunto. Estados Unidos presiona en todos los niveles para que España frene el intercambio de ficheros P2P.
España es el segundo país en el ranking de “descargas ilegales” después de China y en Estados Unidos están preocupados por el daño que sufren las exportaciones de su principal industria: la del entretenimiento.
Estados Unidos acusa a España de ser una plataforma desde la que se reexporta mercancía ilegal vía P2P a toda Europa. Además, las descargas perjudican el negocio del cine americano en España, uno de los primeros mercados europeos de cine en sala y también en DVD.
Zapatero recibe por un lado esa presión constante de Estados Unidos sumada a la de los autores y, por otro, la presión de los usuarios de Internet españoles. Esta semana pasada la batalla la han ganado los internautas que han logrado tumbar el anteproyecto de Ley de Economía Sostenible que pretendía que el Ministerio de Cultura pudiese cerrar sitios web sin autorización judicial.
“No hay nada más lejos de la intención del Gobierno que cerrar nada en Internet” tuvo que salir a decir el jueves Zapatero ante la revolución internauta. “No se va a cerrar nada en la Red: ninguna página web ni ningún blog”, insistió el Presidente tirando por tierra el proyecto de su Ministra.
El viernes por la mañana, una fuerte corriente de rumores señalaba que la Ministra había puesto su cargo a disposición del Presidente. Según esos rumores, González-Sinde se había sentido sola ya que algunos miembros del Gobierno que supuestamente apoyaban su idea de cerrar webs sin orden judicial no habían salido en su ayuda tras el frenazo que acababa de dar el Presidente.
A la Vicepresidenta De la Vega no le quedaba más remedio que arropar a la Ministra de Cultura en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. Dijo que las palabras del Presidente no eran una desautorización a González-Sinde, que el anteproyecto no era de Cultura sino de todo el Gobierno y que la Ministra seguiría en su puesto porque Zapatero creía que estaba realizando su tarea “acertadamente”.
Tras la revuelta internauta, el Gobierno renuncia a que se puedan cerrar webs sin orden judicial. Tiene por delante la difícil tarea encontrar una fórmula eficaz contra las descargas ilegales que contente al mismo tiempo a la todopoderosa Administración Obama y, por otro, al todopoderoso derecho a voto de los internautas españoles.
Sonia Sánchez -Telecinco.es-
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