sábado, 28 de febrero de 2009

Obama levanta la bandera de la nueva revolución americana

Sanidad y educación para los pobres, y más impuestos para los ricos

En muy poco tiempo el color de la piel del presidente de los Estados Unidos será lo menos relevante de su imagen pública en beneficio de su perfil social. Ya se está percibiendo que lo más importante no es que haya llegado un negro a la Casa Blanca sino que lo ha hecho un socialdemócrata aunque el presidente no asuma esta expresión de fétido olor europeo.

En realidad en Estados Unidos tiene mejor aceptación la palabra Revolución, que horroriza en Europa, que Socialismo o Socialdemocracia por mucho que se maticen y rebajen ambas expresiones. La explicación está en la historia: para los americanos la independencia de Inglaterra no fue una mera emancipación colonial sino una revolución, la Revolución Americana como proclaman con orgullo.

Libertad e igualdad
Y en efecto la guerra de la independencia estuvo cargada de contenido ideológico y representó la organización de la sociedad bajo otras bases en las que se equilibraron un sentido radical de la libertad con un imperativo de igualdad ante la ley no menos radical.

Cobertura sanitaria
Ha elegido para ello dos objetivos prioritarios: la sanidad y la educación. El presidente dedicará importantes fondos a establecer un sistema de asistencia sanitaria de cobertura universal que es una de las carencias más escandalosas de los Estados Unidos y que mantiene en la angustia ante el infortunio a más de 40 millones de norteamericanos para quienes una enfermedad puede arruinar su vida.

Adiós al “liberalismo compasivo” de Bush
Fracasó también en lo social. La bandera levantada por Bush que denominó “liberalismo compasivo” destinada a integrar a los marginados ha producido un incremento histórico del ejército de los excluidos. Empezando por los excluidos del derecho a la salud.

José García Abad es escritor, periodista y analista político. Es director de la revista El Siglo

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