viernes, 3 de julio de 2009

El Defensor del Pueblo canario defiende la dictadura franquista

Cree que la democracia ha "complicado excesivamente" la administración pública

Manuel Alcaide, Diputado del Común (equivalente canario del Defensor del Pueblo), aseguró ayer que “en la época del franquismo” no existía su cargo, “y creo que ni falta que hacía” pues “las administraciones estaban muy controladas, se regían como si fuera un cuartel y funcionaban mucho mejor”. Alcaide, a quien el Partido Socialista Canario (PSC-PSOE) retiró su apoyo el pasado 28 de mayo, aseguró al rotativo provincial Diario de Avisos que el órgano estatutario que representa es “una entidad extraña”. “Es un comisionado del Parlamento para supervisar la gestión de las administraciones públicas e Canarias; es decir, supervisamos al Gobierno, a los cabildos, a los ayuntamientos y a todas las oficinas públicas”, insistió. El actual del Diputado del Común lleva dos años en situación de interinidad, y se mantiene, a pesar de que el PSOE ha estado pidiendo explícitamente su dimisión, gracias a la mayoría parlamentaria sumada por Coalición Canaria y Partido Popular. Los grupos no han logrado ponerse de acuerdo para sustituirle.

“En la época de Franco, la administración era como un cuartel. Existían funcionarios, secretarios, interventores, depositarios… y estaba todo reglado porque eran funcionarios profesionales. Cuando llega la democracia a los ayuntamientos, pues se confunden, porque ya intervienen concejales que pueden tener preparación o no. En definitiva, el mundo administrativo se ha complicado excesivamente y ese es el trauma que nosotros tenemos", señaló Alcaide sin pudor.

Incomprendido
“La gente no entiende lo que es” el Diputado del Común, lamentó enseguida. "Hay que transformar y educar y decirle a la gente que es lo mismo que el Defensor del Pueblo", apuntó, explicando que la institución "sirve para precipitar y agilizar las quejas de los ciudadanos frente a una administración".

Ofendido por petición de dimisión
Alcaide tampoco tuvo reparos en contestar a los cuestionamientos que ha recibido en el Parlamento. Y es que, el 28 de mayo, el PSOE pidió su dimisión “por el bien de la Institución” que representa, dado que este cargo tendría que haberse renovado hace dos años. En su momento, el todavía diputado recogió el guante señalando que se lo pensaría, ahora, sin embargo, se limita a relatar lo “frustrante” de su situación pues “le insultan” y le han pedido “la dimisión”.

Cuestión de competencias
“Nuestro mandato es de cinco años y una vez finalizado hay que renovar o elegir a otro nuevo, pero no lo han hecho. Me imputan la continuidad. Y yo les digo que no me trasladen a mi esta responsabilidad. Son ustedes (los políticos) los que tienen que ponerse de acuerdo, no yo. Y lo lamento porque en el fondo duele", concluyó.

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