El ministro de Defensa asegura que, de no hacerlo, "traicionaría a mi conciencia"
Ayer tocaba en Italia celebrar el 65º aniversario del inicio de la resistencia contra la ocupación nazi. Sin embargo, los aliados posfascistas de Berlusconi no estaban por la labor. El ministro de Defensa, Ignazio La Russa, encargado de representar al Gobierno en el acto institucional, prefirió homenajear a los militares fascistas de la República de Saló, que entre 1943 y 1945 lucharon de parte de Mussolini y Hitler contra los aliados. Sus palabras vienen reforzadas por la actitud del alcalde de Roma, Gianni Alemanno, que un día antes había defendido el fascismo en Israel, asegurando que “no fue el mal absoluto”.
La soflama del ministro de Defensa ensombreció el discurso del presidente de la República, Giorgio Napolitano, quien sí sabía a quien estaba dirigido el acto de homenaje. Napolitano pidió que se recordara “el sentido del deber, de la fidelidad y de la dignidad” que movió a los partisanos, así como el de “los 600.000 deportados a los campos de concentración nazi por rechazar la República de Saló”.
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