Un cura expulsado del Ejército por acoso sexual, prelado de honor del Papa
Algunas de las últimas actuaciones de Benedicto XVI apuntaban a un cierto castigo a los curas pederastas y a los que cometen abusos sexuales: durante su última visita a Estados Unidos el Papa mostró su vergüenza por los casos de abusos en este país. Antes de ello, en 2006, castigó al fundador de los Legionarios de Cristo por haber abusado de numerosos menores. Fue una decisión sorprendente habida cuenta del proteccionismo con que había actuado su predecesor en el cargo, Juan Pablo II, quien había hecho oídos sordos a las continuas denuncias contra Marcel Maciel.
Abusador y prelado de honor
Sin embargo, esta actitud valiente de lucha contra estos estigmas, queda ensombrecida por otras acciones que entran en clara contradicción. Es el caso del cura Francisco Sirvent, que figura desde 2006 en el Anuario Pontificio con el cargo de prelado de honor del Papa. El Vaticano otorga con este título un reconocimiento a la labor de sacerdotes de todo el mundo. Lo llamativo del caso es que este cura valenciano fue denunciado por coacciones sexuales y se le expulsó por ello del Ejército, donde ejercía como capellán castrense.
Coacciones sexuales
Según las declaraciones de sus víctimas, Sirvent coaccionaba a los soldados del cuartel de Sa Coma, en Ibiza, para que mantuvieran relaciones sexuales con él. El caso salió a la luz en 1995, cuando uno de los afectados intentó suicidarse. Varios soldados denunciaron entonces que el cura les ofrecía incluso drogas y dinero a cambio de sexo, y les amenazaba con sanciones y arrestos si no mantenían relaciones con él.
Suspendido
Aunque el sacerdote negó los hechos, el Ejercitó lo suspendió en sus funciones y, en octubre de aquel año, decidió rescindir definitivamente su contrato. Según el Anuario Pontificio, Sirvent recibió el reconocimiento honorífico del Vaticano a finales de marzo de 2005.
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