Por mucho que le insisten al arzobispo de Valencia, Agustín García Gasco, que explique el destino de 23,3 millones de euros legados en testamento a la iglesia por dos acaudaladas hermanas valencianas, la máxima autoridad católica guarda un silencio sepulcral. El mutismo del purpurado está haciendo que cundan en torno a él todo tipo de sospechas.
Han pasado casi 40 años desde que, en 1973, las conocidas como “Senyoretes Nadal” - María y Carmen - nacidas en la población de Ontineynt, legaron esta multimillonaria herencia para financiar obras de caridad en su pueblo. La voluntad testamentaria dejó claro cuál debía ser el destino del legado y sus porcentajes exactos del reparto, entre tres beneficiarios: Cáritas Interparroquiales, la iglesia de San María y la casa de ejercicios espirituales de Santa Ana. Las tres en Ontinyent.miércoles, 2 de julio de 2008
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